En tiempos como este, llenos de retos constantes y grandes desafíos, es necesario preparar a nuestros niños para enfrentarlos con éxito. Y es en este sentido que la familia tiene un reto mayor, el de estimular a cada uno de sus integrantes para hacer frente a las adversidades de la vida, para poder superarlas y ser transformados positivamente por ellas, esto es, hacer de nuestros hijos, niños resilientes...
Al hablar de resiliencia se hace referencia no solo a individuos particulares, sino también a grupos familiares y/o comunitarios. Consiste en la capacidad que tienen niños, adultos o familias, para actuar correctamente y tener éxito pese a las circunstancias adversas que los rodean, para recuperarse después de vivir eventos estresantes y reasumir con éxito su actividad habitual. (Hernández, 1998)
Esta capacidad aparece frente a las condiciones de adversidad, pero hay que tomar en cuenta que no solamente debe activarse durante circunstancias desfavorables, sino que es ideal promoverlas dentro de condiciones normales de desarrollo, como un factor de protección. Lo cual implica dos componentes inseparables e interactuantes:
- La resistencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad para proteger la propia integridad bajo presión.
- La capacidad para construir pese a las circunstancias difíciles.
Bajo estas condiciones, es necesario establecer claridad respecto a que no se trata de sobrevivir a toda costa, sino más bien se trata de lograr una supervivencia socialmente aceptable, dentro de parámetros aceptados cultural, social, ética y comunitariamente.
Pueden afrontar con éxito, carencias, abusos, sobreprotección, negligencia e insuficiencia parental.
Reconocen positivamente los diferentes recursos y habilidades de sus integrantes, así como las cualidades colectivas del grupo.
Promueven vínculos de pertenencia.
Participan, gratifican, apoyan y aprenden juntos.
Poseen un estilo de comunicación asertivo; además, entre sus participantes existen diálogos constantes, de apertura y en forma clara.
Expresan sentimientos de coherencia, colaboración y confianza.
Desarrollan habilidades orientadas a la acción (creatividad).
Generan un ambiente favorable y fuerzas intrapsíquicas (autocontrol).
Reconocen y afrontan los problemas, organizando y reorganizando estrategias y metodologías tantas veces como sea necesario. Revisando y evaluando logros y pérdidas.
Existe en ellas, sentido del juego y sensaciones de esperanza.
Evaluando la resiliencia en los niños
El / ella responde positivamente a las siguientes afirmaciones:
TENGO:
· Personas alrededor en quienes confío y me quieren incondicionalmente
· Personas que me ponen límites para que aprenda a evitar peligros y problemas.
· Personas que me muestran por medio de su conducta la correcta manera de actuar.
· Personas que quieren que aprenda a desenvolverme solo.
· Personas que me ayudan cuando estoy enfermo o en peligro o cuando necesito aprender.
SOY:
• Respetuoso de mí mismo y del prójimo
• Una persona por la que otros sienten aprecio y cariño
• Feliz cuando hago algo bueno por los demás y les demuestro mi afecto
PUEDO:
• Hablar sobre mis sustos y preocupaciones, buscar la manera de resolver mis problemas.
• Controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso o que no está bien,
• Buscar el momento apropiado para hablar con alguien o actuar.
ESTOY:
• Dispuesto a responsabilizarme de mis actos.
Seguro de que mis cosas saldrán bien
¿Cómo fomentar la resiliencia en nuestros niños?
Estimulando y fomentando la expresión del interés y amor dentro del grupo familiar. (prestar atención a las inquietudes, anécdotas, sentimientos y pensamientos de nuestros niños reforzando su iniciativa de diálogo).
Promover la educación emocional en la familia. Aprender con nuestros hijos diferentes sentimientos, como son expresados y el por que de su naturaleza.
Ofrecer un espacio para que el niño desarrolle su creatividad. En donde elabore sus propios juegos a través de diferentes materiales; y participe de experiencias creativas como: pintura, música, teatro, etc.
Brindar un espacio y tiempo significativo necesarios para la interacción y la enseñanza de habilidades para la vida (prácticas de presentación en público, conductas sociales, acercamiento a personas del otro sexo).
Realizar actividades familiares que requieran del trabajo de todos los integrantes, durante el cual se pueda expresar apoyo y confianza. (paseos, compartir responsabilidades en casa, cuidar de una hermano, etc.).
En situaciones de estrés familiar reflexionar acerca de las diferentes soluciones, donde se pueda escuchar los diferentes puntos de vistas.
Establecer retroalimentación positiva para lograr estimular su desarrollo integral y fortalecer lazos de afecto entre los miembros familiares.
Realizar con los niños un listado de diferentes soluciones ante diversos problemas y encontrar con ellos las mejores alternativas de solución y conductas asertivas.
Promover entre los miembros de la familia una percepción positiva de sus niños. Como padres expresarles las cualidades que percibimos en ellos y por qué nos agradan.
“… a veces tiene que ser de noche para poder ver las estrellas…”
Lic. Joana Huamán Villar
Referencias Bibliográficas:
· RESILIENCIA: La estimulación del niño para enfrentar desafíos, María Piedad Puerta de Klinkert, México, Lumen, 2002.
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