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sábado, 29 de octubre de 2011

Origami del Saber


Ya hace cuatro años, desde un taller de “Origami y Caligrafía”  vengo aplicando como parte de mis terapias de aprendizaje el arte del origami, y he visto resultados sorprendentes en  mucho  de los niños con los  que trabaje, en especial con los  tenían muy mala caligrafía. Así que  comencé a investigar  que referencias habían   que reforzaran  las estrategias que  venía aplicando y me encontré con el mundo de la Papiroflexia.

¿Papiroflexia u origami?

 La papiroflexia es la técnica de doblar y desdoblar papel, con suma paciencia y sin prisas, con el objeto de que las figuras obtenidas, tengan una semejanza más o menos remota con la realidad, partiendo generalmente de un cuadrado o de un rectángulo. Generalmente no se utilizan cuchillos, ni tijeras, ni adhesivos, simplemente se necesitan las manos y el papel, pero también hay herramientas como las pinzas que ayudan a un mejor manejo del papel, reglas y escuadras.

Doblando y desdoblando el papel llegaremos a obtener la apariencia más exacta de la figura que queremos conseguir, aunque es frecuente que  se precise de la unión de dos o más partes, pero insertándose una en otra.

El nombre de ORIGAMI proviene de tierras orientales, nace en China durante la edad media y que fue perfeccionada en Japón. Es considerada una terapia, ya que relaja y propicia la calma; además de estimular la imaginación, creatividad y memoria.
El origami permite el desarrollo de:


* Memoria a Corto y mediano plazo
* Memoria Visual
* Coordinación Visomotora
* Destreza manual
* Creatividad
* Escritura
* Coordinación temporo espacial
* Razonamiento lógico
* Atención - Concentración
* Secuenciación
* Coordinación bilateral
*  Pensamiento múltiple
*  Tolerancia
*  Independencia
*  Autoestima
*  Integración grupal
*  Autocontrol
*   cooperación
*  Discriminaciones multisensoriales de tipo grueso, fino y refinado (psicomotricidad)

 Como verán el titulo de cae como anillo al dedo,  ya que desarrollar  todas estas áreas, va mas allá del aprendizaje, mejora además, la autoestima del niño brindándole seguridad al sentirse creativo sin presiones ya que el niño que presenta alguna dificultad de aprendizaje, puede sentirse agotado de repetir  una y otra vez las  planas para mejorar su letra, aprenderse el texto,  crear un texto, entender la geometría, etc; ocasionando  que el aprender  le resulte estresante.

El origami surge así como una alternativa  que va a complementar muy bien  el aprendizaje del niño, permitiéndole aprender  y superar sus  dificultades de manera amena y creativa, para ello debemos tener en cuenta que no se necesita ser un experto, solo hay que recordar algunos consejos a la hora de ponernos “manos a la obra”

I  Utilizar  papel manejable.
I  Realizar un plegado cuidadoso y pulcro, especialmente en los vértices.
I  Trabajar en una superficie dura y lisa.
I  La perfección en el doblez se alcanza pasando la uña del dedo pulgar a lo largo del pliegue.
I  Seguir cuidadosamente la secuencia de confección de la figura.
I  No eliminar pasos intermedios.
I  Poner atención en cada paso, a su ejecución y dirección.
I  Estar concentrado en la labor a desarrollar.
I  Trabajar con las manos limpias.

No olvidemos que la papiroflexia es  un instrumento útil en la optimización y desarrollo de habilidades y destrezas motoras, cognitivas, psicológicas y sociales.
Existen además otras técnicas  de trabajo con  papel que nos ayudan a  mejorar  nuestro aprendizaje  estas son:

Lic. Marlene Quito Collazos
Referencias bibliográficas:
·          Prospectiva Universitaria Revista Científica del Centro de Investigación de la Universidad Nacional del Centro del Perú Volumen 1 - Número 1 Enero - Junio 2009
·          http://www.maquihuasi.com/

RESILIENCIA FAMILIAR

En tiempos como este, llenos de retos constantes y grandes desafíos, es necesario preparar a nuestros niños para enfrentarlos con éxito. Y es en este sentido que la familia tiene un reto mayor, el de estimular a cada uno de sus integrantes para hacer frente a las adversidades de la vida, para poder superarlas y ser transformados positivamente por ellas, esto es, hacer de nuestros hijos, niños resilientes...
¿Qué es resiliencia?

Al hablar de resiliencia se hace referencia no solo a individuos particulares, sino también a grupos familiares y/o comunitarios. Consiste en la capacidad que tienen niños, adultos o familias, para actuar correctamente y tener éxito pese a las circunstancias adversas que los rodean, para recuperarse después de vivir eventos estresantes y reasumir con éxito su actividad habitual. (Hernández, 1998)

Esta capacidad aparece frente a las condiciones de adversidad, pero hay que tomar en cuenta que no solamente debe activarse durante circunstancias desfavorables, sino que es ideal promoverlas dentro de condiciones normales de desarrollo, como un factor de protección. Lo cual implica dos componentes inseparables e interactuantes:


-       La resistencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad para proteger la propia integridad bajo presión.
-       La capacidad para construir pese a las circunstancias difíciles.

Bajo estas condiciones, es necesario establecer claridad respecto a que no se trata de sobrevivir a toda costa, sino más bien se trata de lograr una supervivencia socialmente aceptable, dentro de parámetros aceptados cultural, social, ética y comunitariamente.

Características de las Familias Resilientes:


*      Pueden afrontar con éxito, carencias, abusos, sobreprotección, negligencia e insuficiencia parental.
*      Reconocen positivamente los diferentes recursos y habilidades de sus integrantes, así como las cualidades colectivas del grupo.
*      Promueven vínculos de pertenencia.
*      Participan, gratifican, apoyan y aprenden juntos.
*      Poseen un estilo de comunicación asertivo; además, entre sus participantes existen diálogos constantes, de apertura y en forma clara.
*      Expresan sentimientos de coherencia, colaboración y confianza.
*      Desarrollan habilidades orientadas a la acción (creatividad).
*      Generan un ambiente favorable y fuerzas intrapsíquicas (autocontrol).
*      Reconocen y afrontan los problemas, organizando y reorganizando estrategias y metodologías tantas veces como sea necesario. Revisando y evaluando logros y pérdidas.
*      Existe en ellas, sentido del juego y sensaciones de esperanza.

Evaluando la resiliencia en los niños


El / ella responde positivamente a las siguientes afirmaciones:

TENGO:
·          Personas alrededor en quienes confío y me quieren incondicionalmente
·          Personas que me ponen límites para que aprenda a evitar peligros y problemas.
·          Personas que me muestran por medio de su conducta la correcta manera de actuar.
·          Personas que quieren que aprenda a desenvolverme solo.
·          Personas que me ayudan cuando estoy enfermo o en peligro o cuando necesito aprender.

SOY:
          Respetuoso de mí mismo y del prójimo
          Una persona por la que otros sienten aprecio y cariño
          Feliz cuando hago algo bueno por los demás y les demuestro mi afecto

PUEDO:
          Hablar sobre mis sustos y preocupaciones, buscar la manera de resolver mis problemas.
          Controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso o que no está bien,
          Buscar el momento apropiado para hablar con alguien o actuar.

ESTOY:
          Dispuesto a responsabilizarme de mis actos.
Seguro de que mis cosas saldrán bien

¿Cómo fomentar la resiliencia en nuestros niños?


*        Estimulando y fomentando la expresión del interés y amor dentro del grupo familiar. (prestar atención  a las inquietudes, anécdotas, sentimientos y pensamientos de nuestros niños reforzando su iniciativa de diálogo). 
*        Promover la educación emocional en la familia. Aprender con nuestros hijos diferentes sentimientos, como   son expresados y el por que de su naturaleza. 
*        Ofrecer un espacio para que el niño desarrolle su creatividad. En donde elabore sus propios juegos a través de diferentes materiales; y participe de experiencias creativas como: pintura, música, teatro, etc.
*        Brindar un espacio y tiempo significativo necesarios para la interacción y la enseñanza de habilidades para la vida (prácticas de presentación en público, conductas sociales, acercamiento a personas del otro sexo).
*        Realizar actividades familiares que requieran del trabajo de todos los integrantes, durante el cual se pueda expresar apoyo y confianza. (paseos, compartir responsabilidades en casa, cuidar de una hermano, etc.).
*        En situaciones de estrés familiar reflexionar acerca de las diferentes soluciones, donde se pueda escuchar los diferentes puntos de vistas.
*        Establecer retroalimentación positiva para lograr estimular su desarrollo integral y fortalecer lazos de afecto entre los miembros familiares.
*        Realizar con los niños un listado de diferentes soluciones ante diversos problemas y encontrar con ellos las mejores alternativas de solución y conductas asertivas.
*        Promover entre los miembros de la familia una percepción positiva de sus niños. Como padres expresarles las cualidades que percibimos en ellos y por qué nos agradan.



“… a veces tiene que ser de noche para poder ver las estrellas…”

Lic. Joana Huamán  Villar

Referencias Bibliográficas:
·          RESILIENCIA: La estimulación del niño para enfrentar desafíos, María Piedad Puerta de Klinkert, México, Lumen, 2002.


INTELIGENCIA EMOCIONAL EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

Sebastián tiene 5 años y le cuesta mucho poder quedarse quieto en el aula, miente con frecuencia  sobre lo que le sucede tanto en el colegio como en su casa y en ocasiones no cumple con las tareas que la profesora da; más de una vez la profesora le pide que se siente, que preste atención o que no fomente desorden entre sus compañeros; el rendimiento académico de Sebastián es promedio, no es un mal alumno pero tampoco es brillante y socialmente no tiene muchos amigos, durante el recreo juega bruscamente y le cuesta integrarse a los juegos de los demás. Cuando es derivado al Departamento Psicopedagógico es evaluado obteniendo como resultados un coeficiente intelectual superior y un nivel alto en sus habilidades para el aprendizaje. Es muy probable que con el transcurrir de su etapa escolar Sebastián vaya pasando por diferentes aulas y profesores sin aprender realmente lo que sus capacidades cognitivas, en una adecuada relación con sus emociones, le permitirían y privándose de convertir en aprendizajes muchas de las experiencias enriquecedoras que  él viva.
Desde hace ya bastante tiempo se ha venido comentando la importancia del “manejo de las emociones”, formándose también un interesante debate entre corrientes sobre si las emociones son realmente manejables o capaces de controlar. Lo que sí es cierto es que en el eterno camino de autoconocimiento es necesario poder reconocer nuestras emociones para luego aprender a expresarlas adecuadamente. Es así,  no podemos aceptar lo que no conocemos y no podemos querer lo que no aceptamos.
Daniel Goleman, uno de los pioneros en el tema de inteligencia emocional sostiene que los estudiantes estarán más dotados para la vida si en su programa de estudios, además de los fundamentos académicos, se incluye una preparación en los fundamentos de las habilidades sociales y emocionales. Esto implicaría que dentro de las aulas no solo se impartan conocimientos, guiados por una estática currícula anual, sino también se facilite al estudiante un espacio adecuado y la oportunidad de poder explorar su mundo interno y social, y además  es importante que un espacio similar sea vivido también por los docentes quienes en su rol de tutores, al igual que los padres, serán los que ofrezcan al niño y adolescente una base segura que brinde fortaleza, que en un futuro se convertirá en un lugar seguro desde donde la persona se aventurara a explorar, para aprender algo nuevo y para alcanzar metas.
En 1995, Daniel Goleman y colaboradores fundaron el Collaborative for Academic, Social and Emotional Learning (CASEL), una organización que se centra en el uso del aprendizaje social y emocional como parte esencial de la educación, en donde se proponen cinco grupos básicos de habilidades o aptitudes que construyen la inteligencia emocional y que pueden cultivarse en casa y en la escuela, estas son:
-        Autoconciencia: identificación de emociones, pensamientos, sentimientos y la fortaleza de cada uno, y darse cuenta cómo influyen en las decisiones y las acciones.
-  Autoconciencia social: Identificar y comprender los pensamientos y sentimientos de los demás desarrollando la empatía, y ser capaz de adoptar el punto de vista de otros.
-   Autogestión: En base a nuestro auto-conocimiento y auto-aceptación establecer objetivos a corto y largo plazo, y hacer frente a los obstáculos que puedan aparecer.
-        Toma de decisiones responsable: Generar, ejecutar y evaluar soluciones positivas e informadas a los problemas, y considerar las consecuencias a largo plazo de las acciones para uno mismo y para los demás.
-        Habilidades interpersonales: Expresar rechazo a las presiones negativas de compañeros y trabajar para resolver conflictos con el objetivo de mantener unas relaciones sanas y gratificantes con los individuos y el grupo.

Según la neurociencia, la propiedad de neuroplasticidad del cerebro del hombre desde niño hasta los 20 años nos indica que el modelado de los circuitos cerebrales durante este periodo de crecimiento depende, en gran medida, de las experiencias diarias del niño. Si los niños como Sebastián, desde la primera infancia, tuvieran un espacio donde se les enseñe a observar y escuchar sus emociones, validarlas y darles un lugar llegará un momento en el que el niño, adolescente y más adelante adulto sabrá vivir sus emociones saludablemente.
Es entonces cuando se presentarían menos casos de niños con problemas de  rendimiento escolar, ya que los problemas emocionales influirían en menor medida en el proceso de aprendizaje y  la capacidad de atención- concentración  y  motivación dentro del aula podrían  mejorar logrando así un mejor desempeño. Se tendrían además herramientas para un adecuado afrontamiento de conflictos y relaciones saludables con el entorno social y familiar, pudiendo reconocer sus capacidades, sintiéndose capaces de solucionar sus problemas, manifestar libremente sus emociones y pensamientos respetando al otro, y pidiendo ayuda cuando la necesite.
            Durante la niñez podemos fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional a través del juego, en donde el niño podrá a través del “como sí” experimentar diferentes soluciones a los problemas reales, podrá interpretar distintos roles y de esa manera expresar lo que está sintiendo y pensando, de igual manera podrá  poner en práctica su tolerancia a la frustración y hacia los demás, todo esto acompañado de las palabras de un adulto que le ayudará a entenderse a sí mismo y a entender e ingresar al mundo social. Dentro de casa es importante establecer una dinámica congruente entre las emociones y las acciones, en donde las muestras de afecto no sean algo condicionado a una buena conducta y en donde la firmeza y la ternura coexistan para brindar un adecuado continente a nuestros hijos.

Lic. Muriel Hermoza Aurazo

Libros de referencia:
Inteligencia emocional infantil y juvenil - Linda Lantieri y Daniel Goleman – Editorial Aguilar