Estar solo no es malo, es parte
de nuestro tránsito en la vida y de nuestras necesidades. Mientras estar en
contacto con los demás, es un hecho que nos permite transcender y pensar en
comunidad, facilitando la convivencia.
El avance de la globalización y
la tecnológica hace más difícil delimitar estos espacios, ya que podemos
intentar estar solos, de pronto te llega un mensaje de un amigo que tanto
extrañas y contestamos casi automáticamente, o quieres ver un vídeo musical y
solemos perdernos en los mil comentarios sobre dicho vídeo, desorientando
nuestro tiempo y necesidad.
Esta disyuntiva de elegir nuestro
tiempo y delimitarlo, según nuestras necesidades o sentimientos, no es un
problema solo de adultos sino que también se da en nuestros hijos.
Algunos padres pueden crecer
considerando que nuestro hijo siempre puede resolver las cosas por su potencial
y el adulto solo supervisa, sin acompañarlo en el proceso. Y otros, creen que
su hijo requiere todo el tiempo de nuestra ayuda, sin dejarlo desenvolverse en
sus actividades. Estas formas son como polos, pueden ser dañinos, ya que no
promueve seguridad ni confianza, por un lado la autosuficiencia de nuestro niño
y por el otro la inseguridad. Recuerda ni abandono, ni sobreprotección.
Lo importante es elegir nuestro
tiempo en función de las necesidades que se vayan presentando, expresarlos y
reevaluar acuerdos en la familia. Y dejar que nuestros hijos también vayan
decidiendo estos espacios y así nosotros como padres estar más presentes porque
nuestros hijos nos necesitan o acompañarlos reservadamente. Es importante
resaltar que el rol de los padres es brindar seguridad y afecto, aún más en la
niñez.
Por ello, animamos a los padres a
que en este tiempo de cuarentena puedan brindar a sus hijos un espacio para que
de manera didáctica ,y en dialogo con sus padres, pueda ir eligiendo que
necesitan, si estar un “tiempo consigo mismo” a través de la lectura, comiendo
en silencio, dibujar, pintar un dibujo, armar unas rompecabezas, jugando con
sus peluches, etc. ; o desea estar “con la familia” compartiendo momentos en el
que se relacione con otros como conversar, jugar ludo, ver una película, hablar
de lo que siente, etc.
No confundir “querer estar solo”
con soledad, si tu hijo te pidiera ello comprender que quiere usar sus sentidos
y potencial en una actividad en la que participe solo él, los padres lo pueden acompañar en silencio, en una distancia
promedio, sin perder el contacto visual tal vez ya que aún están aprendiendo a
desenvolverse.
Es bueno que nuestros hijos experimenten ambas formas de moverse
en el mundo, si nuestro hijo no cambia de estado durante el día animarlo a
hacerlo; de no ser posible es importante que consulte con un psicólogo para
orientación.
Te invitamos a probar esta actividad,
junto a tu hij@ elabora su propio “INTERRUPTOR”, que según sea su necesidad te indicará si tu hij@ necesita estar solo o en familia, con material reciclado, no
olvides que mientras más detalles incluyas lograrás que tu pequeñ@ se identifique
con el interruptor, por ejemplo un recorte de su mascota favorita, juguete o
ropa favorita
MI INTERRUPTOR: ACTIVIDAD
LÚDICA PARA FOMENTAR LA TOMA DE DECISIONES.
El Interruptor sólo tiene 2 opciones, “estar solo” o “estar
en familia”.
El niño evalúa que necesita bajo la premisa “YO NECESITO
ESTAR…..”
Objetivo:
Facilitar la expresión de la necesidad del niño(a).
Beneficios de la
actividad:
-Incrementa la autonomía.
-Promueve la imaginación y creatividad.
-Respeto del otro y de sí mismo.
-Facilita la expresión de necesidades.
Lic. Jessica Campos
Psicóloga
Grupo Milluy.
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